ORACION

 

¿Que pudiste ver en mí

y que pudiste notar

por querer estar aquí

y acompañarme en mi andar?


Es por el enorme amor,

que bién sé, tu me profesas

hoy reconozco mi error,

debilidad y torpezas.


¿Viste acaso, algo bueno

en este tu ingrato hijo;

si soy grosero y obceno,

y de mentiras prolijo?


Me confieso arrepentido

de mis faltas, mis errores;

y si se me es permitido:

¡Déja que te rinda honores!


¿Como puede mi creador,

acompañar a un abyecto;

y además, ser proveedor

durante todo el trayecto?


Tu haz conocido mi historia;

tu bien sabes mi verdad;

acompañando a esta escoria:

¡Hágase tu voluntad.!


FIN

Esta entrada fue publicada en Religión. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario